
Algunas personas se percatan de lo que realmente quieren hacer con su vida sólo al final de ésta. ¿Qué relación existe entre estos anhelos insatisfechos y la vida de una organización?
Bronnie Ware, autora de The Top Five Regrets of the Dying, es una conocida especialista en cuidados paliativos citada en el magnífico libro La hora de la verdad, de Julio Gómez Cañedo (@jgomezadsis) con quien tengo el honor de compartir desvelos y apoyo incondicional respecto a la Fundación Adsis.
A través de nuestro común amigo Iñaki Gómez he tenido acceso a este libro, que he leído con sumo interés y del que extraigo cinco conceptos capitales para hacer el ejercicio de adecuarlos al mundo de las organizaciones.
Pero antes permíteme dibujar los dos marcos concéntricos en los que inserto esta reflexión:
Primer marco: la persona dentro de la organización
1. Una organización es, entre otras cosas, el espacio de interrelación en el que vivimos una gran parte de nuestra vida;
2. Podemos decir entonces que esa organización es en parte un entorno en el que se fraguan los niveles de felicidad que consigan las personas que trabajen con ella;
3. El grado de felicidad así conseguida es extrapolable a otros ámbitos de su vida;
4. Además, una persona que consiga alcanzar niveles adecuados de felicidad resulta mucho más eficiente en la organización y poliniza felicidad en los demás ámbitos de su vida;
5. Este planteamiento favorece la existencia de organizaciones eficientes y ciudadanos responsables, ayudando así a que la sociedad en su conjunto sea más respetuosa y más ética en el sentido aristotélico, felicidad como bien último.
Segundo marco: Tendencias del milenio en materia de trabajo
Todos hemos leído numerosos informes, estudios y trabajos sobre las tendencias del mundo laboral para estas primeras décadas del siglo XXI. En líneas generales, parece que los rasgos más destacados son:
• aplicación generalizada de las nuevas tecnologías,
• visión biomimética,
• movilidad,
• globalización,
• flexiguridad
Podríamos, pues, pensar que una persona que se mueva en este complejo escenario se ve afectada por tantas y tan distintas variables que puede optar por diseñar su enfoque profesional de forma que pueda al menos controlar sus propios comportamientos para acercarse a sus objetivos profesionales y vitales: en otras palabras, es probable que se centre en sí misma para conocerse mejor, ir progresando tanto como esté a su alcance e ir simultáneamente gestionando otras facetas de su vida (familia, amistades, ocio, etc.), no ya solo lo referente al mundo del trabajo.
Quizás por eso se esté comenzando a dibujar un perfil en el que la persona, respecto al trabajo:
• se preocupa de desarrollar sus propias habilidades (independientemente, o paralelamente, a las ofertas que le haga la organización),
• se identifica más con lo que hace bien y / o con su red profesional que con una organización concreta;
• se esfuerza por conseguir la satisfacción de su cliente / empleador como garantía de consecución de nuevas demandas,
y todo ello intentando conseguir clientes / empleadores cuyas creencias y valores concuerden aceptablemente con las propias.
Es decir, de una forma nueva y sugerente, estamos comenzando (otra vez) a interesarnos por la persona como tal, atrás va quedando la imagen de persona – máquina.
Pues bien, el libro La hora de la verdad habla de los asuntos que las personas no debemos de dejar pendientes. El prólogo comienza diciendo: “los enfermos que se están muriendo nos enseñan a los que estamos cerca de ellos a vivir la vida“.
Por eso pienso que esos planteamientos pueden ser perfectamente adaptables a ese nuevo y complejo entorno organizativo: al fin y al cabo, pretenden conseguir que las personas seamos más felices a lo largo de nuestra vida. Éstas son las cinco ideas capitales que plantea el libro:
Primera: “Desearía haber tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí”.
“Se trata del lamento más habitual, ya que al hacer balance de vida muchas personas descubren que no han llegado a cumplir una mínima parte de sus sueños. En muchas ocasiones, esto se debe a que optaron por hacer lo que creían que tenían que hacer, en lugar de lo que realmente querían”.
¿Qué puede hacer la organización?
Por ejemplo,
- ofrecer oportunidades para que cada persona pueda descubrir todo su potencial, diseñar escenarios de creatividad, innovación y mejora continua, en los que surjan beneficios para las personas y para la propia organización,
- preparar a la organización para que las personas que trabajan con ella puedan sentirse libres de implicarse únicamente en proyectos concretos que sean de su interés, liberándolas de la obligación de un contrato tradicional que ate a las personas a permanencia y dedicación obligadas sin ningún interés para ellas,
- preparar a las personas para que sean capaces de plantearse esta nueva forma de trabajar.
Segunda: “Desearía no haber trabajado tan duro”
“”Es el lamento más frecuente entre los pacientes de sexo masculino, que desearían haber pasado más tiempo junto a su familia viendo crecer a sus hijos, en lugar de en su puesto de trabajo”
¿Qué puede hacer la organización?
Por ejemplo,
- poner en práctica políticas de gestión del talento que favorezcan la obtención de resultados en un marco de respeto hacia las necesidades y derechos de las personas, favoreciendo así el gozo de trabajar bien en lo que a cada uno le gusta;
- favorecer que las personas que trabajan con la organización tengan ciertos grados de libertad para organizar su trabajo en cuanto a horarios, trabajo remoto, trabajo compartido, asignación de roles en función del proyecto, etc.;
- diseñar diferentes formas de retribución emocional opcionales para cada persona;
- practicar el reconocimiento explícito y público a los logros.
Tercera: “Desearía haber tenido el coraje para expresar mis sentimientos”
“Aquéllos que reprimieron sus sentimientos para no enfrentarse a quienes les rodeaban se lamentan de haberse conformado con vivir una existencia mediocre y amargada, en la que no eran ellos mismos”.
¿Qué puede hacer la organización?
Por ejemplo,
- fomentar comportamientos éticos,
- implantar políticas de comunicación transparentes y respetuosas;
- favorecer el desarrollo personal y profesional de las personas que gestionan los equipos, especialmente en técnicas de feedback, escucha activa, asertividad, habilidades de interrelación…
Cuarta: “Desearía haberme mantenido en contacto con mis amigos”
“Al igual que muchas personas se arrepienten de haber descuidado a sus familias, es muy frecuente lamentar no haber cuidado lo suficiente de aquellas amistades verdaderamente importantes”
¿Qué puede hacer la organización?
- respetar / propiciar acuerdos en materia de dedicación al trabajo y consecución de objetivos,
- favorecer contactos cálidos entre las personas que trabajan con la organización (es uno de los entornos en los que se hacen amigos más frecuentemente),
- implantar celebración de eventos como aniversario de la organización, clientes que hacen de prescriptores, disminución de las tasas de contaminación por parte de la organización, consecución de logros importantes, etc., para facilitar oportunidades de comunicación informal entre las personas que trabajan con la empresa,
- habilitar espacios en la intranet u otros soportes para el intercambio de reconocimiento mutuo entre las personas que trabajan en la organización, etc.
Quinta: “Desearía haberme permitido ser más feliz”
“Se trata de un reproche sorprendentemente común que se hacen aquellas personas que prefirieron engañarse a sí mismas y continuar con unas existencias en las que ya no eran felices, en lugar de enfrentarse a su miedo a cambiar de vida”
¿Qué puede hacer la organización?
Favorecer que cada persona se dedique a aquello que conoce, domina, le hace sentir segura y satisface su afán de logro.
Todo lo que hemos dicho que puede hacer la organización (y muchas cosas más no enumeradas) podrían resumirse en una:
Una organización socialmente responsable diseña estrategias y políticas para su Ecosistema Interno que favorezcan la madurez y el crecimiento personal de las personas afectadas, y todo ello sin descuidar la consecución de los objetivos corporativos.
Aquí te dejo algunos enlaces con diferentes enfoques, por si te apetece echar un somero vistazo:
Futuro del trabajo: 5 tendencias para los CIO (Information Week)
Digitalización y desempleo, el nuevo orden (El País)
Estrategia Europea de Seguridad y Salud 2020 (Comisión Europea)
El empleo y la dimensión social en la Estrategia UE-2020 (Ministerio de Trabajo)
Re-pensar y re-diseñar nuestro futuro: la economía circular y la gestión del talento (Edita Olaizola)
La Gestión del Capital Humano en tiempos líquidos (Laura Rosillo)
Maker, nuevo perfil del trabajador artesano e independiente (The New Yorker)
Tres razones para conversar desde Recursos Humanos (Ximo Salas)
Una España de freelances (El Mundo)
Manifiesto de felicidad en el trabajo (@alexkjerulf)
¡Intentaré que la muerte me encuentre bien vivo! (Julio Gómez)
Así se vive en la empresa española elegida como la mejor para trabajar (El Confidencial)
Edita Olaizola
Editor Rating
-
Ecosistema Interno
-
Escriben nuestros Consultores
-
Total score
Leave a reply Cancel
This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.
Lecturas recomendadas
-
-
-
Webinario sobre Biomimética Organizacional para Aedipe
March 10, 2021 By Edita Olaizola
-
-
Ética y autoestima
October 15, 2017 By Edita Olaizola -
Industria 4.0 apuesta por la sostenibilidad
October 15, 2017 By Xema Gil
-
Felicidad en la empresa: ¿esperar hasta el final?
January 14, 2015 By Edita Olaizola -
Algoritmos y emociones
November 7, 2018 By Edita Olaizola -
Sólido, líquido, gaseoso. Storytelling sobre tipos de organizaciones
February 15, 2015 By Edita Olaizola
22 Comments
Un escrito útil, estupendamente enfocado y súper bien trabajado, felicidades, Edita! Para leer varias veces descubriendo los detalles en cada pasada de lectura 😉
Sé que lo leerás de nuevo porque eres un chico comprometido. Gracias por tu interés 🙂
El artículo me parece estupendo, meditado, que contempla los escenarios y sus soluciones. Gracias por referenciarme, pero me da un poquito de vergüenza aparecer 😉
Muy, muy trabajado y meditado. Cada uno de los puntos, seguro que nos podría dar lugar a interesantes conversaciones.
Si nuestro único y real capital es nuestra vida (que medimos en horas) ¿no es importante discernir si las invertimos adecuadamente más allá de lo que nos “venden” o nos dicen que “debemos” hacer? ¿no está siendo la “profesionalidad” mal entendida o los miedos lo que nos la hacen desperdiciarla en lo que realmente deberíamos hacer?
Así como los financieros y la mayoría de los Dptos de las Organizaciones se ponen medidores para comprobar el impacto de sus actuaciones (con los clientes, proveedores, financiadores, trabajadores, entidades de crédito, con la Sociedad, …), nosotros no nos ponemos indicadores para saber si lo hacemos con nuestra vida es lo realmente importante. Un ejemplo: si vas a realizar un gasto o una inversión lo que automáticamente te van a preguntar es sobre el ROI (retorno de la inversión). Si dedicamos el 90% de nuestro tiempo vital (que llamamos vida) a algo como el trabajo y sabiendo que las horas de cada día son nuestro único y principal capital, ¿ya medimos si esa “inversión” merece la pena desde el punto de vista del Retorno (sentido) vital?
Un abrazo de los grandes desde un Bilbao con un viento desconocido por estos lares.
Iñaki Gómez
Cuánta razón, tienes, Iñaki, es una lástima que pongamos el foco en las finanzas en lugar de ponerlo en las personas, que luego generarán beneficios económicos. (Precisamente porque creemos que es vital nos llamamos “People plus! Profit”).
Creo que nos iría mejor enfocarlo como hacen en Bután: https://humanismoyconectividad.wordpress.com/2008/03/31/butan/
Muchas gracias por todas tus aportaciones, Iñaki, es un lujo saberte cerca
Totalmente de acuerdo con Jose Luis en que este artículo no es para leerlo sino para saborearlo con tiempo y poniendo especial interés en los detalles que de una primera lectura seguro se nos han escapado. Gracias Edita por el regalo
Muchas gracias, Alicia, siempre eres generosa 🙂
Sin duda la felicidad en el trabajo trasciende el propio trabajo. Brota hacia otros dominios de la vida, y si en general hay satisfacción y equilibrio entre todos esos dominios, podemos decir que estamos siendo felices, pero ojo, tb. viceversa…
Por eso tu aportación Edita es muy interesante pues toca, las relaciones personales de amistad, la lucha de la “razón” con el deseo, el valor del trabajo en detrimento de la propia familia, etc….
Me ha gustado mucho!!
Gracias
Aprecio en lo que vale tu comentario, Javier, porque demuestra que hablas de algo que conoces y que tienes sensibilidad para gestionar el talento de acuerdo con las pautas de este nuevo siglo. Te seguiré con interés para aprender un poco más cada día. Muchas gracias por tu aportación
Un artículo genial! Imprescindible, de lectura obligatoria! Porque en el trabajo también se debe ser feliz. Desgraciadamente hay demasiadas empresas enfermas, éste sin duda alguna es el manual que necesitan.
Gracias por compartirlo con tod@s nosotros, Edita!
Un abrazo.
Muchísimas gracias, Montse, aprecio mucho tus observaciones porque me consta que tienes experiencia en generar felicidad en las organizaciones 🙂
Muy interesante tu aportación Edita, da que pensar y eso siempre es bueno.
Todo lo que comentas es cierto , pero tal vez la semilla de la felicidad en el trabajo y en la vida hay que plantarla antes de llegar a la vida laboral , en la propia familia y en los colegios , inculcando a los niños y adolescentes como primer valor el ser siempre ellos mismos. No importa lo que cueste mantenernos alineados con nuestra esencia, es nuestro trabajo más importante : conocernos a nosotros mismos, saber dónde y cómo nos sentimos ” fluir” en la vida y apartarnos de todo lo que nos haga ser otras personas diferentes a las que nos lleva nuestra alma.
Las organizaciones pueden hacer mucho para que las personas que trabajan en ellas se sientan mejor y más a gusto con lo que hacen, pero nunca nunca proporcionarles SU felicidad. Ese es un trabajo individual , solitario y que se hace desde dentro de cada uno de nosotros, con valentía , con esfuerzo y honestidad .
Estoy absolutamente de acuerdo, Cristina, los valores comienzan a germinar en la infancia, y principalmente en la familia. Pero hemos visto muchísimas situaciones en las que las personas han tenido la oportunidad de hacerse replanteamientos gracias al clima generado en su entorno laboral. Por eso soy una firme defensora de que la empresa / organización puede y debe aportar su granito de arena. No olvidemos que la persona es un todo, un sistema.
Muchas gracias por tus valiosas reflexiones
Muy bueno tu post, y las cinco ideas del libro, habrá que leerselo, parece muy interesante
Es realmente interesante, Adrián, te ayuda a priorizar y tener claras las cosas importantes de la vida.
Muchas gracias por apreciar mi artículo 🙂
No debemos esperar hasta el final, ni como empleados ni como empresarios. La felicidad, en términos generales, es un estado que tenemos que intentar vivirlo en todos nuestros ámbitos y, en mi opinión, y más focalizada dentro de la empresa, es un proceso en el que, obligatoriamente, deben participar el empleado y el empleador. Como trabajadores, si sentimos que la empresa se preocupa por nosotros, que está con y por nosotros, es bastante más fácil que nos impliquemos en la misma. Como directivos o empresarios y, siempre y cuando tengamos en la Organización una persona con potencial, debemos apostar por ella y estar por ella. Es una relación en la que tiene que haber retorno por ambas partes, aportar el máximo por ambas partes, sentirse ambos “ricos” y sentir que el uno sin el otro no funcionaría todo igual… Eso nos hace crecer como verdaderas empresas y como verdaderos empleados.
La verdad que quien se siente bien y es feliz en su entorno laboral tiene mucho ganado, así como la empresa gana mucho en implicación y en “saber hacer”. Pero para conseguir esta especie de simbiosis, es necesario implicación por ambas partes y, lo cierto, es que algunas veces, algunas organizaciones esperan recibir sin dar nada y eso es bastante complicado…
Sé feliz y que esté felices contigo es lo más, os lo aseguro 🙂
Totalmente de acuerdo, Alicia.
Muy interesante el matiz que haces sobre la corresponsabilidad empresa – empleado, de hecho no funcionaría nada si no existieran aportaciones por ambas partes.
Muchas gracias por leer el artículo 🙂
Totalmente de acuerdo, Alicia, es una sensación muy placentera y motivante. Y también apoyo la idea de la “corresponsabilidad”, no depende de una de las partes sino de las dos. Muchas gracias por leer el post. 🙂
Edita, Que buenas reflexiones para adelantar “la hora de la verdad”!
Muchas gracias, Maite, creo que “adelantar la hora de la verdad” es algo que se puede hacer desde muchos ángulos, la empresa entre ellos. ¿Por qué hemos de esperar para hacer mejor las cosas y sentirnos mejor?
Felicidades. Excelente artículo. Coincido totalmente.
Excelente artículo. Felicidades. Coincido totalmente.
Muchísimas gracias, Luis Eduardo, te agradezco tu comentario y espero que sigas visitándonos 🙂