

Estamos ante una nueva era sobre la información de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y la sostenibilidad. En un momento en el que hay que pasar de coleccionar y reportar datos a favorecer un uso de la información por parte de todos los grupos de interés (empezando por las mismas propias empresas), de manera que sirvan para aprender más sobre las propias organizaciones, sobre sus riesgos y oportunidades y con todo ello construir un marco en el que sea posible tomar mejores decisiones.
El Global Reporting Iniciative (GRI) – que lleva años trabajando en profundidad estos
aspectos – ha organizado el GRI Sustanability and Repport 2025 como una conversación a nivel mundial sobre estos aspectos.
En el marco de esta conversación aparecen como tendencias de futuro los siguientes aspectos:
- Unos nuevos formatos de reporte que permitan un intercambio dinámico de datos.
- Un cambio de foco hacia aquellos aspectos vinculados con los temas globales que son importantes y se están convirtiendo en retos del global de la humanidad.
- Un cambio de rol de los stackeholders que ha de permitir que usen casi en tiempo real diversas interacciones y canales para el análisis de los datos, a fin de permitir un conocimiento crítico orientado a la acción sobre esos aspectos y retos importantes a nivel global.
Un primer paso para hacer realidad todo esto es ponerse de acuerdo sobre qué es lo que corresponde medir en las organizaciones. En definitiva, cuáles son los aspectos “materiales” que denotan esa importancia, transcendencia y relevancia.
A este respecto, las 8 principales organizaciones que establecen estándares sobre reportings a los inversores: Carbon Disclosure Program (CDP) Climate Disclosure Standards Board (CDSB) Global Reporting Initiative (GRI) International Accounting Standards Board (IFRS) International Integrated Reporting Council (IR) International Organization for Standardization (ISO) Sustainability Accounting Standards Board (SASB), han elaborado un documento conjunto: “The statement of commons principles of materiality” en respuesta a este reto.
A resaltar que ese principio sea precisamente acerca del concepto de “materialidad”. Desde los aspectos legales a los estratégicos y tácticos, analizando el alcance y los límites, sobre todo aquello que genera una diferencia que pueda ser interpretada en la siguiente evaluación dentro de un contexto determinado, ya que lo que en una organización en un determinado momento es material, puede no serlo en otros contextos
Otro ejemplo de búsqueda de consensos es el liderado por la Comisión Europea, que ya desde el 2011 señalaba la necesidad de aumentar la transparencia de la información que se reporta.
Este planteamiento ha cristalizado el pasado 15 de noviembre en la aprobación de la Directiva 2014/95/UE, que modifica la anterior Directiva 2013/34/UE en lo que respecta a la divulgación de información no financiera y sobre diversidad por parte de determinadas grandes empresas y grupos.
Esta nueva directiva supone un paso adelante en lo relativo al reporte de aspectos ambientales y sociales de la actividad de las empresas, al tiempo que deberán reportar toda aquella información que resulte necesaria para comprender la evolución, los resultados y la situación de la empresa, así como el impacto de su actividad sobre cuestiones medioambientales y sociales. E incluso informar sobre asuntos relativos al personal, derechos humanos, lucha contra la corrupción y el soborno. Aunque la obligación de realizar la comunicación se hará efectiva a partir del 2017 para aquellas empresas que tengan de media más de 500 empleados, es un interesante paso adelante.
Pero más allá de todos estos consensos sobre estos conceptos y los asuntos a reportar, es importante profundizar en un cambio de actitud.
No se trata de coleccionar datos. Vivimos en la mal llamada “sociedad del conocimiento”
cuando en realidad tan solo es una “sociedad de datos”. Es preciso que esos datos midan aspectos relevantes y que se interpreten generando informaciones. Pero estas informaciones no pueden quedar inconexas. Es necesario vincularlas, filtrarlas, conexionarlas, generando verdadero conocimiento.
Y aún así no tenemos el trabajo acabado, no estaría el proceso completo. Es necesario utilizar estos conocimientos – o provocar que se generen esos conocimientos críticos – para que sean capaces de conducir a cambios de actitud y de cultura en las organizaciones, a cambios en los comportamientos que generen impactos que resuelvan los retos clave de la sociedad.
En Peopleplus!Profit somos pragmatópicos, buscamos la utopía de un nuevo paradigma de dirección de las organizaciones, desde la realidad actual y la sostenibilidad de la organización hoy y mañana. Por eso hemos diseñado unos Indicadores Gandhi que permiten ese proceso de centrarse en lo que corresponde para diseñar un camino de mejora continua. Un camino en el que, a veces, para ir más lejos, es mejor ir acompañado. ¿Quieres que hagamos el camino o parte del mismo juntos?
xemagil
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