
En esencia, la gestión de la empresa es gestionar el negocio adaptándose a los tiempos y liderar a las personas del equipo. Y en los momentos de cambio en los que vivimos hay que ser resilientes, pero también revisar con frecuencia los planes de contingencia porque se quedan obsoletos en muy poco tiempo.
De cara a una correcta gestión de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad de una empresa es esencial plantear primero un concreto análisis de riesgos clasificados y valorar estos entre la posibilidad que se produzcan y la gravedad de sus impactos posteriores. Es necesario después establecer controles para mitigarlos y – sobre todo – hacer partícipes a todos los empleados de los planes de gestión de riesgos, tomar las decisiones y realizar las inversiones necesarias para mitigar las amenazas latentes.
Naciones Unidas ha determinado 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible cuyo fin es abordar problemas como la pobreza, el hambre, las enfermedades, la desigualdad, el cambio climático, la degradación ecológica y muchos más.
La empresa que desee afrontar estos retos deberá sin duda afrontar la dificultad de fijarse metas por medio del consenso sin que acabe siendo una lista de deseos idílica e inalcanzable. Para que sean eficaces J. Bradford DeLong, ex subsecretario adjunto del Tesoro de los Estados Unidos y profesor en la Universidad de California de Berkeley, plantea que deben ser como las “autopistas de peaje”, “deben permitir avanzar al destino específico de forma más rápida que si se hubiese tomado la ruta panorámica”. Así pues, la determinación de los objetivos de la empresa y de los indicadores de medida que se utilicen en cuestiones de Responsabilidad Social y Sostenibilidad determina en gran parte las posibilidades de éxito posterior de sus políticas y la amplitud de sus impactos.
Pero como bien decía Douglas Conant – que fuera presidente y CEO de Campbell Soup Company, la fabricante de sopa inmortalizada por Andy Warhol, – “para ganar el mercado primero has de ganar en tu empresa”. Por lo tanto, conseguir que los empleados se sientan implicados debe constituir la principal prioridad de la organización.
Para que esto sea posible es necesario sin duda el concurso de dos aspectos clave en la operativa de día a día de la empresa. Uno es la coherencia. Un buen salario o una posición atractiva ya no son reclamos suficientes para atraer y retener el mejor talento en las organizaciones. Los valores de la empresa, su ética y compromiso con la sociedad también son esenciales. Hoy en día si deseas a tu lado el mejor talento no puedes contar una bonita película a los candidatos y que luego no sea creíble o coherente con los comportamientos de la empresa que ellos perciben como trabajadores o consumidores de la marca.
La otra es la comunicación interna. Esta debe reflejar los modos, comportamientos, valores y
ética de la organización en un estilo comunicativo que tenga en cuenta al emisor y facilite una información clara, útil y precisa: adaptando los contenidos y la forma de explicarlos a los destinatarios, anticipándose a las posibles confusiones, ideas preconcebidas y entorno de esos destinatarios, para evitar todo tipo de malentendidos. Un estilo que determine el canal más adecuado en cada momento y situación y que clarifique la respuesta que se desea obtener con la comunicación.
En este cometido, una de los aspectos más notables es el de acertar con el canal más adecuado en cada caso. El e-mail es ideal para las comunicaciones
formales y permite facilitar los mensajes con precisión, algo esencial cuando las informaciones son complejas. Pero la mayor parte de la gente recibe una media de más de 121 e-mails diarios, lo que facilita que los árboles no dejen ver el bosque y que si se quiere evitar que sean ignorados deben usarse solo cuando sean lo más conveniente.
Hoy en día contamos con muchas herramientas colaborativas como Podio, Slack, Igloo o Whatsapp For Business, que son perfectas para la comunicación informal o cuando se necesita una respuesta
rápida o se prevén una serie de intercambios de mensajes. Son, además, facilitadoras de la generación de vínculos entre colegas que a veces no pueden verse
cara a cara con asiduidad.
Las reuniones son sin duda el canal perfecto para resolver los problemas de temas ambiguos o polémicos, pero para que sean efectivas hay que planificarlas adecuadamente y definir la agenda de
antemano, no deben superar la media hora y si un tema necesita más de 5 minutos de atención debe programarse una reunión exclusiva para ese tema y deben finalizar con un correo electrónico que resuma el contenido para que los que no han podido asistir asuman como propios los acuerdos alcanzados en la misma. Seguramente la mayor dificultad es la de conseguir la participación presencial de las personas adecuadas, sobre todo en organizaciones multinacionales y/o multidistribuidas, pero para solventar este problema hoy en día son posibles las videoconferencias con plataformas como Google Hangouts, Skype, Facetime, Webex-Cisco o GoToMeeting que
resultan perfectas, si se cuenta además con los equipos adecuados que permitan garantizar una imagen y sonido de calidad.
En definitiva, mantener las líneas de comunicación abiertas para ayudar a generar la confianza, mejorar la coordinación y la motivación de los empleados y basar los mensajes en la claridad, la sinceridad y la eficiencia permitiendo que los comportamientos de los directivos se perciban alineados con los valores y ética de la empresa en clave de coherencia.
Comunicación y coherencia que, una vez desarrollados y ganados en casa, han de llevarse luego a la relación con los clientes de una forma efectiva y real. En los estados Unidos los directivos de las compañías son muy activos en utilizar las redes sociales para comunicarse con los clientes. Aquí, sin embargo, parecen tener pudor a expresar sus opiniones en las redes sociales. Porque no es solo tener una cierta formación en habilidades y herramientas de redes sociales, sino que han de plantearse la necesidad de comprender, interactuar y satisfacer las necesidades de los clientes en los nuevos contextos.
Todos estos aspectos generan un camino largo y complejo por el que es más fácil llegar más lejos si el camino se hace acompañado. ¿Quieres que seamos compañeros de viaje?
xemagil
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