
Estamos continuamente en un entorno VUCA, acrónimo inglés que refleja la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad; y la única manera de que las empresas se adapten y consigan soluciones innovadoras es que los equipos se adapten al entorno compartiendo las observaciones y aprendiendo juntos. Para que ello sea posible comentaremos algunas consideraciones o estrategias esenciales.
Una es la de que en la organización reine la tolerancia, uno de las características que Richard Florida en The Rise of the Creative Class. And How It’s Transforming Work, Leisure and Everyday Life, asignaba a los territorios y por ende empresas creativas y sostenibles.
Es impensable hoy en día afrontar que haya sectores o empresas sin fallos o errores y sin ninguna capacidad entonces de mejora. Si los errores no son evitables tenemos dos opciones: cuando se da uno perseguir al culpable, amonestarle, o despedirle incluso tirando por la borda los años y costes de formación incurridos, o aprender a ser tolerantes con esos errores.
Tolerante no quiere decir perdonar los errores, ni mucho menos olvidarlos. Es necesario hacer una descripción exhaustiva del por qué ha ocurrido el problema o no se están dando los resultados que se esperaban y determinar las acciones que se adoptarán, y detallar las lecciones que pueden sacarse de esa experiencia.
Ese análisis hay que hacerlo desde una óptica de aprendizaje colectivo y no de caza de brujas individual. Hay que vivir el fallo como un error colectivo y no como un fallo individual y poner en práctica los procesos que garanticen que, si se vuelven a dar esas circunstancias, las consecuencias estarán controladas y no originarán una grave crisis. Solo de esa forma se genera la seguridad psicológica que permite desarrollar equipos eficaces e innovadores y solventar los problemas de adaptación al medio y a los mercados.
Algunas de las técnicas idóneas para hacer estos análisis es la de los “five whys” desarrollada por Taiichi Ohno de Toyota como método de exploración iterativa causa-efecto. En el fondo, tanto en las industrias de productos como en las de servicios, la mayoría de los problemas se derivan de carencias en la formación o en el manual donde se explica cómo desarrollar el producto o servicio en cuestión. Y además la aplicación de estas técnicas y esta actitud consigue vincular la capacidad de avanzar a la del aprendizaje de la organización y no tan solo a la ejecución. O dicho en palabras de James Joyce en Ulises, aceptar que “los errores son los umbrales de los descubrimientos” y ser por tanto tolerantes con ellos.
Otra de las estrategias esenciales para navegar en estos procelosos mares VUCA es la de facilitar el empoderamiento corresponsable de la plantilla.
También debemos a Taiichi Ohno de Toyota el Jido ka, un sistema de producción automatizada pero con un toque humano en el que cada trabajador adquiere plena responsabilidad sobre la calidad de su trabajo, que renta una gran repercusión en la calidad de los productos al tiempo que mejora la motivación de los empleados.
Este sistema viene de la filosofía del Kaizen (literalmente ”mejora continua”) que desarrollo Masaki Imai siguiendo la estela de Toyota. En esencia algo no muy distinto a aplicar de forma intensa una RSE Holística en la organización, pues requiere que cada empleado represente una actitud y un compromiso con su trabajo, sus compañeros, sus clientes y empresa.
Así, implica mantener una disciplina y una constante visión de chequeo para determinar posibles fallos y oportunidades de mejora que rápidamente permitan detectar los errores y tomar las decisiones más adecuadas con prontitud. Por lo tanto, que las propias personas de la organización mejoren los procesos de forma continua y eficaz.
Seguro que hay que hacer las adaptaciones culturales necesarias y dejar más margen a la creatividad personal de la que habitualmente deja la cultura japonesa, pero seguro que a todas las organizaciones les vendría bien evitar la latina tendencia a la improvisación y solución de los asuntos en el último momento incrementando la planificación.
Solo si preparamos a las personas de las organizaciones a que pasen de pensar que las cosas son responsabilidad de otro, de alguien que se responsabilizará y lo hará por ellos a que son aspectos de los que son corresponsables, las organizaciones podrán estar preparadas para entender los cambios que se producen en el entorno.
Emprender el camino de la tolerancia y el empoderamiento corresponsable para entender mejor el entorno, los clientes etc., es un camino largo y – como en todas estas experiencias – se llega más lejos si se viaja acompañado. ¿Quieres que caminemos juntos?
xemagil
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