La RSE y la Sostenibilidad si no son Holísticas, no existen

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Holistica

Hay cada vez más ejemplos de los efectos perniciosos y los fracasos que produce una mirada cerrada y de retorno a corto plazo en los temas de Responsabilidad Social y Sostenibilidad.

Uno de los ejemplos que estamos viendo estos días es el de los efectos perniciosos de

ILUMINACION-NOCTURNA

ILUMINACION-NOCTURNA

los cambios que se están dando en el alumbrado público. Una de las medidas “estrella” de muchos gobiernos municipales (en las ganas de demostrar su compromiso con el medioambiente) ha sido el de cambiar las bombillas de filamento incandescente, plasma o gas por las nuevas bombillas LED, OLED o PLED que producen un importante ahorro en el consumo eléctrico. Una vez más, el problema no viene de la tecnología sino del uso que de ella se hace y del modelo de funcionamiento y financiación que se tiene.

Muchos gobiernos decidieron subvencionar a las empresas que utilizaban este tipo de tecnología, multiplicando así su uso y excediendo en muchos casos el número de lámparas necesarias sin ningún control, regulación o medición de la intensidad. Esto ha llevado a que muchas comunidades han pasado a implantar más puntos de luz con la excusa de que consumen menos y así el resultado ha sido que el consumo casi no ha bajado.

Pero el problema no acaba aquí;  los resultados de un nuevo estudio publicado en Scientific Advances muestran que la intensidad de la iluminación nocturna no ha parado de crecer en los últimos años. El estudio se basa en la utilización de un instrumento (Day-Night-Band, DNB) a bordo del satélite meteorológico Suomi NPP, que es capaz de captar las emisiones de luz infrarroja de las bombillas incandescentes, pero no la parte de luz azul que emiten las bombillas LED.

Por lo tanto, esperaban poder ver un decrecimiento de la luz percibida por el satélite, aunque los seres humanos viésemos la misma luminosidad. Pero la hipótesis no se ha confirmado y, por el contrario, demuestra que la contaminación lumínica ha aumentado desde el 2012 un 2% anualmente, evidentemente porque cada vez son más las regiones que cuentan con un mayor umbral de iluminación. Países como América Latina, África o el sudeste asiático, que anteriormente partían de umbrales mucho menores, han visto en los últimos años aumentar su alumbrado. Así pues, tanto el aumento de la población mundial como el incremento del consumo eléctrico hacen que se dispare la contaminación lumínica.

Por desgracia, este incremento de la contaminación lumínica no solo nos impide a los románticos poder recrear nuestra imaginación contemplando las estrellas. La iluminación nocturna excesiva se considera un serio contaminante que afecta a los animales nocturnos (que representan el 30% de las especies de vertebrados y el 60% de los invertebrados), a las plantas y hasta a los microorganismos. Y también es perjudicial para el ser humano, ya que interfiere con los ritmos circadianos y contribuye a desórdenes metabólicos.

Sin duda se hace necesario, como proponen los investigadores, llevar un control de emisiones de luz como se hace con las de CO2 y desarrollar políticas de alumbrado inteligente. Por ejemplo, en lugar de iluminar una calle con cinco bombillas deslumbrantes, que consumen mayor energía, utilizar siete de luz tenue y poco espaciadas.

Otros ejemplos de cómo las búsquedas de retornos a corto plazo (junto a fallos sistemáticos en la gestión de riesgos y de la poca integración de la gestión ética y socialmente responsable en la gestión de las organizaciones) conllevan a pérdidas de valor para todos los grupos de interés, incluidos los accionistas (viendo bajar las cotizaciones de sus acciones) los hemos podido ver últimamente en el comportamiento de Raynarair.

Las condiciones laborales desfavorables vividas por sus empleados desembocaron en el abandono de 140 pilotos con la consiguiente cancelación de 2000 vuelos. La empresa cayó en Bolsa un 15% con unas pérdidas valoradas en más de 2.000 millones de euros. O en la pérdida de la licencia para Londres de Uber por su falta de responsabilidad social en las condiciones laborales de sus conductores, además de haber estado involucrados en polémicas por acoso sexual.

Forética

Forética

A los consumidores no solo les importa el precio, también se fijan en otras variables como son la calidad, los procesos de producción, las materias primas empleadas, las condiciones de trabajo o el impacto en el medio ambiente. Y tal como muestra un informe de Forética, tienden a cuestionar la credibilidad de la información corporativa respecto a los temas de RSE y Sostenibilidad que un 56% de los encuestados consideran como poco o nada creíble.

Y no es de extrañar, últimamente los informes y memorias de sostenibilidad explican más por lo que callan que por lo que explican. Así, echando una mirada a las empresas del Ibex 35,  – si bien muchas aprueban con nota – los aspectos de sostenibilidad medioambiental dejan mucho que desear en aspectos como la transparencia o la claridad fiscal. Hasta el punto de que, según el informe de transparencia sobre la

FUNDACION_COMPROMISO_Y_TRANSPARENCIA

FUNDACION_COMPROMISO_Y_TRANSPARENCIA

responsabilidad fiscal de las compañías del Ibex 35, publicado por la Fundación Compromiso y Transparencia, se concluye que:

  • no tienen incorporadas cuestiones fiscales en sus preocupaciones de la responsabilidad social,
  • que solo una de las 35 entidades analizadas, Bankia, hace referencia a aspectos de responsabilidad fiscal
  • y que solo dos, Acciona e Iberdrola, señalan su compromiso de cumplimiento de las leyes y regulaciones en materia fiscal.

Hasta Google se ha dado cuenta que no es suficiente con la inteligencia y que la ética tiene que ser un pilar, de que la tecnología no es un valor neutral y que los tecnólogos han de ser responsables del impacto ético y social que genera su trabajo;  han creado un comité de ética formado por 25 profesionales que contará con personalidades independientes del mundo académico para asesorarles en los productos que están desarrollando con inteligencia artificial.

Porque la ética tiene un papel muy importante en todos los ámbitos. La tecnología, de la más sofisticada a la más cotidiana, debe incorporar que sea el humano quien tenga siempre la última palabra en su funcionamiento para incorporar esta dimensión ética. Ya se ha visto que las máquinas pueden aprender por ellas mismas conductas y detectar errores, pero analiza y copia los comportamientos humanos y, por tanto, si la sociedad es racista o machista se acaba generando una inteligencia artificial del mismo estilo. Hemos visto cómo se asocia cocina a la mujer o cómo buscadores tales como Google o Flickr han etiquetado personas negras como gorilas o chimpancés, reproduciendo estereotipos y errores humanos que solo un humano puede acabar soslayando incorporando una mirada ética en el proyecto.

ZERI

ZERI

En definitiva, y como dice Gunter Pauli, el creador de la idea de la Economía Azul, que pretende imitar los procesos de la naturaleza a través de su laboratorio de ideas Zero Emissions Research and Initiatives, “siempre vamos a vivir transformaciones tecnológicas que no controlaremos, porque hay mucha iniciativa y creatividad. Lo importante es que mantengamos la ética”. Y por lo tanto solo podremos avanzar a través de esa mirada ética, en una visión global y holística del mundo y de los impactos que en él realiza nuestro proyecto. ¿Quieres que miremos juntos?

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Xema Gil

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