Medio ambiente, talento y ética

Ecosistema Interno 0 151

El agua cubre un 71% de la superficie terrestre, y parece ser que es el próximo objetivo de “explotación urbana” por parte de algunas empresas

Muchos animales, incluidos los humanos, hemos intentado siempre que hemos podido apropiarnos del territorio a nuestro alcance para poder atender debidamente nuestras necesidades de cobijo, alimentación y crianza.  Y cuando las circunstancias no eran propicias en tierra firme, nos hemos lanzado a construir nuestro territorio propio sobre las aguas, como los indios del lago Titicaca.

Estas ínsulas ofrecían seguridad ante los depredadores , posibilidad de alejarse de otros grupos hostiles y garantía de comida en forma de pescado,  variables muy valoradas a la hora de establecerse. Esta opción vital también tenía algunos inconvenientes, como el aislamiento de los congéneres y la consiguiente falta de oportunidades de intercambios de beneficio mutuo.

A medida que ha ido pasando el tiempo, este modo de vida aislada ha ido quedando relegado por el más beneficioso de mega-agrupamientos, hasta el punto de que actualmente la humanidad vive en grandes poblaciones;  según el informe ONU – Habitat, en 2030 el 60% de la población vivirá en ciudades, como nos explica Yaiza Martínez.

La concentración masiva de personas está impulsando a un pequeño grupo de la población, con gran capacidad adquisitiva, a plantearse una nueva forma de vida en un entorno no masificado, exclusivo, dotado de las últimas tecnologías y situación estratégica, cerca de una  urbe (con todas sus prestaciones) pero separado de ella lo suficiente para no tener que soportar sus inconvenientes. ¿Y qué lugar puede ofrecer tantas ventajas?  El mar.  Un ejemplo muy conocido es la isla palmera de Dubai.

El impacto ambiental de este modelo de vida es altísimo, pero el respeto al medio ambiente no es una de las prioridades de este pequeño sector de la sociedad, obviamente.

Hasta el momento, este modelo de islas estaba pensado para ser utilizado por una colectividad que, salvo en la ubicación física, está regida por las leyes y normas del país en el que se construye (aun en el caso de que la legislación vigente se suavice un poco para atraer más personas extranjeras).

Ahora parece que vamos a dar un paso más: Joe Quirk , el cofundador de Blue Frontiers, hace planteamientos disruptivos que parece ser ha comprado Silicon Waley: una república independiente, sin políticos y flotante.

Es un nuevo modelo que parte de la idea de ocupar un espacio inmobiliario inexplorado, sin reclamar y fuera del marco legal de ningún país, a la espera de que las Naciones Unidas reconozcan la soberanía de las ciudades flotantes.

Las empresas se quejan frecuentemente de las trabas que encuentran para desarrollar su actividad libremente, desde aranceles hasta restricciones para contratar.  En el caso de Silicon Walley, el planteamiento es más ambicioso todavía: quiere un lugar en el que se pueda innovar, investigar y contratar mano de obra cualificada inmigrante sin tener que respetar el marco legal de ningún país.

Al margen del cataclismo que supondría para el planeta la proliferación de estas islas, ¿qué planteamientos estratégicos se están haciendo en Silicon Walley para intentar evitar cualquier tipo de restricción legal? ¿Qué límites éticos pondrán a sus innovaciones, investigaciones y al reclutamiento, contratación y vinculación de las mentes brillantes que persiguen? ¿Qué condiciones de vida ofrecerán a esos nuevos empleados aislados, nunca mejor dicho? ¿En qué condiciones fabricarán y venderán sus nuevos productos, si no tienen que respetar las leyes sobre competencia desleal y tantas otras que intentan regular de una forma civilizada el mercado internacional?

Silicon Walley es una referencia en nuestra cultura, así que tendremos que estar muy atentos a sus decisiones para elaborar, si fuera preciso, un plan de contraataque contra una estrategia depredadora para con la naturaleza y las personas, que podría diseñar un nuevo corpus jurídico en el que el interés económico dejara aparcados derechos de las personas conseguidos después de tantos años y, a la vez, colaborara activamente en este proceso de destrucción masiva de nuestro pobre planeta que estamos sufriendo. ¿Cuál sería el próximo paso, trasladar esta nueva cultura a otro planeta cuando el nuestro quede completamente arruinado? ¿Qué porvenir depara a las personas este planteamiento, volver a las épocas de la esclavitud, esta vez en un nuevo planeta?  ¿Estamos ante un próximo WaterWorld?

OLYMPUS DIGITAL CAMERA

 

 

 

About the author / 

Edita Olaizola

Leave a reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

En contacto

Déjanos tu mail para estar en contacto, te llegarán por correo nuestras novedades :-)

Síguenos en las redes: