Hay una tendencia creciente a desarrollar palabras nuevas a partir de términos en inglés y seguramente el management y la gestión son los ámbitos más proclives a incorporar estos neologismos, realmente no siempre necesarios. Leí un interesante artículo de Natalia Bosch en la La Vanguardia de título “La consumerización de los recursos humanos” en la que glosa cómo gestionar al personal para construir un relato que a través del uso intensivo de las tecnologías sociales acabe creando una experiencia interesante para los trabajadores de la organización, y que sirva para que quieran formar parte de ese relato y así atraer el mejor talento a la organización;  finalmente, esa misma experiencia es útil a los consumidores y genera mayor negocio.

Por lo tanto, se trata de construir experiencias memorables en las personas y prácticamente a

rse

eso debería resumirse la gestión de la RSE. Generar una forma de gestionar la organización que permita producir experiencias memorables en los productos y servicios que facilita a los clientes, beneficiarios, etc. de su ecosistema externo y en la forma en que gestiona a las personas de su ecosistema interno de tal manera que se genere un relato coherente y vivencial que se auto retro alimente.

Aristoteles

Es evidente que la coherencia con los valores es esencial para que el relato sea creíble y recordando la Retórica de Aristóteles que el conjunto de LOGOS explicaciones sobre los productos, servicios y forma de gestionar la organización ordenada y bien estructurada se junte al PATHOS de los acentos que se ponen en un marco del ETHOS de la coherencia y los valores que comentábamos para que el discurso y el relato sea convincente y efectivo.

En ese escenario cuidar a los trabajadores y hacer que el escenario de trabajo sea una experiencia coherente con los valores de la empresa es esencial y afecta tanto a los aspectos estructurales como a la creación de grupos de trabajadores de intereses comunes que se ayuden, formen o generen ideas y lazos que refuercen el atractivo de la organización.

Quien hace esto desdibuja la línea entre la gestión de las personas y el marketing, entre el ecosistema interno y externo en una integración holística que se auto potencian consiguiendo que sean los propios trabajadores los principales embajadores de la marca y la organización.

Aspectos como la formación de los trabajadores, pero también de clientes y beneficiarios al estilo de las nuevas plataformas MOOC de manera que se generen escenarios de reciprocidad basados en el principio del neuromarketing que dice que gente a menudo se siente obligada a pagar los favores y las deudas, no importa cuán poco, tanto por las normas sociales como por el comportamiento innato.

De forma que, si cuando alguien hace algo bueno por otro, esa otra persona a menudo siente el deseo de pagar, la aplicación de este principio es simple: Dar algo de valor a sus clientes sin ninguna expectativa declarada de conseguir algo ayudándoles a conocer y saber más.

personas

Utilizar a trabajadores, becarios, etc. para generar experiencias de usuario más próximas a las necesidades reales de los consumidores en un entorno ludificado que genere atractivo y motivación y que sea respetuoso con los “otros trabajadores” no laborales pero que aportan y aportarán una parte importante del talento ya que, los freelances serán el 40% de los trabajadores del EEUU en el 2020.

Todo ello combinado con espacios de trabajo atractivos y armoniosos combinados con la flexibilidad necesaria que ayude a generar los mejores equipos, pero también a construir los mejores discursos compartidos de forma que los consumidores entiendan mejor y vivan una experiencia mejor al conectar con la organización.

En definitiva aplicar una buena RSE holística no es más que cuidar a las personas de dentro y de fuera de una forma coherente hará de la organización un escenario mejor, más sostenible y exitoso. ¿Hablamos?

xemagil

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