
Paul Ray y Sherry Anderson hace tiempo que están hablando de los Creativos Culturales, un colectivo representativo de un fenómeno social que arrancó en Estados Unidos y se extiende por prácticamente todo el mundo, agrupando millones de personas.
En esencia, los Creativos Culturales son personas:
- con un nivel cultural medio – alto,
- adultas,
- críticas con el capitalismo consumista que impera en nuestra sociedad,
- con ciertos valores que rigen su comportamiento y su posicionamiento ante la sociedad: bajo el gran paraguas del compromiso, luchan por empoderar a la mujer, cuidar el planeta, mejorar personalmente, fomentar la solidaridad…
Todos esos rasgos podrían agruparse en cuatro valores: transparencia, sostenibilidad, autenticidad e impacto social.
Algo resaltable respecto a estas personas es que no forman un colectivo homogéneo y organizado para luchar por sus ideales, como pudiera ser Greenpeace, Save the Children o cualquier otra organización conocida. Además, y al tratarse de un pequeño (de momento) porcentaje de la población, quienes se identifican con este perfil tienen la sensación de estar arando en el desierto, estar solos y ser algo “raritos”.
Lo que está claro es que este nuevo siglo ya está comenzando a dibujar una nueva realidad social. Los Culturales Creativos son la avanzadilla de un movimiento que se extiende. Sencillamente, están creando una nueva realidad.
Y esta realidad afectará, obviamente, a la empresa. Cada vez es más frecuente que las empresas trabajen alguno – o todos – los valores mencionados. Lo que ya no es tan frecuente es que se plantee cómo conseguir gestionar el comportamiento de las personas que trabajan en sus ecosistemas de acuerdo con esos valores.
En efecto, vemos empresas que tienen programas específicos para millenials, e incluso algunas más avanzadas se están planteando implantar programas para golden workers. Está muy bien, porque apoyar a colectivos concretos consigue “fidelizar” a esas personas y lograr, por tanto, mejorar resultados.
Quizás nos podríamos plantear también que, en este siglo XXI, las personas nos movemos – y nos moveremos cada vez más – por criterios diferentes a la edad o las competencias. Nos importan los valores, los valores personales de los que somos muy conscientes y que queremos preservar en todos los ámbitos de nuestra vida. Podemos identificarnos con alguien de nuestra generación, sí, y con alguien que tenga los mismos rasgos psicológicos que nosotros, sí, pero cuando de verdad nos sentimos en cálida y deseable compañía es cuando compartimos con alguien que se mueve por los mismos valores que nosotros.
Los Creativos Culturales son cada vez más. ¿Qué tal si nos vamos planteando crear para ellos programas de atracción y conservación a fin de que se sientan tratados como grupo dentro de nuestros ecosistemas corporativos? Huelga enumerar las grandes ventajas que se obtendrían para la organización, las personas integradas en sus ecosistemas y la sociedad en general.
Una pequeña explicación de Paul Ray:
This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.
Lecturas recomendadas
-
-
-
Webinario sobre Biomimética Organizacional para Aedipe
March 10, 2021 By Edita Olaizola
-
-
Ética y autoestima
October 15, 2017 By Edita Olaizola -
Industria 4.0 apuesta por la sostenibilidad
October 15, 2017 By Xema Gil
-
Felicidad en la empresa: ¿esperar hasta el final?
January 14, 2015 By Edita Olaizola -
Algoritmos y emociones
November 7, 2018 By Edita Olaizola -
Sólido, líquido, gaseoso. Storytelling sobre tipos de organizaciones
February 15, 2015 By Edita Olaizola
Leave a reply